La criminología del siglo XXI es algo más que la ciencia del crimen
Definamos
Para comprender por qué la criminología no es únicamente la ciencia del crimen debemos preguntarnos previamente —tal como ya adelantamos en nuestro primer artículo— qué es la criminología. Es decir, hemos de partir de una definición de la criminología, si no definitiva, al menos provisional.
El catedrático de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid y director del Instituto de Criminología de dicha universidad, Antonio García-Pablos de Molina, en su obra Criminología. Una introducción a sus fundamentos teóricos (2016), aporta una definición interesante (p. 37):
Cabe definir la Criminología como ciencia empírica e interdisciplinaria, que se ocupa del estudio del crimen, de la persona del infractor, la víctima y el control social del comportamiento delictivo, y trata de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables principales del crimen —contemplado éste como problema individual y como problema social—, así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención positiva en el hombre delincuente —y en su víctima— y los diversos modelos o sistemas de respuesta al delito.
Como destaca el propio autor (p. 37), esta definición aporta luz sobre tres características importantes de la criminología: su método, su objeto y sus funciones.
El método empleado por la criminología es empírico y multidisciplinar. Esto significa, por un lado, que la criminología se basa en la observación y el análisis de la realidad. Y, por otro lado, que la criminología se nutre de disciplinas muy variadas, tales como el derecho, la biología, la psicología, la sociología, etcétera.
El objeto de la criminología es el análisis del delito, del delincuente, de la víctima y del control social. A saber, además del delito, la criminología se ocupa de estudiar al delincuente, a la víctima del delito y al comportamiento o reacción social respecto al mismo.
La función de la criminología no es otra que la de explicar y prevenir el crimen, intervenir sobre el delincuente y evaluar los diferentes modelos o sistemas de respuesta al delito.
Criminología como ciencia
Como bien explica García-Pablos, la criminología no se trata «de un “arte”, o de una “praxis” sino de una genuina ciencia» (p. 38). Y añade que «precisamente por ello, la Criminología dispone de un objeto de conocimiento propio, de un método o métodos y de un sólido cuerpo de doctrina sobre el fenómeno delictivo, avalado, por cierto, por más de un siglo de investigaciones».
La criminología, en palabras del referido autor (p. 38), «aporta una información válida, fiable y contrastada sobre el problema criminal». Sin embargo, «esto no significa que la información suministrada por la Criminología deba reputarse exacta, concluyente o definitiva».
En definitiva, la criminología es una ciencia, pero no exacta.
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