¿Cuáles son las cualidades necesarias de un detective? El «detective Eugenio Vélez-Troya, una figura clave de la profesión a partir de los años cuarenta» (Todo lo oye, todo lo ve, todo lo sabe, Ibáñez, 2020, p. 17), en su libro Los detectives o investigadores privados (1979, pp. 165-169) recogió las cualidades o condiciones con las que debería contar todo detective privado. Expondremos dicha lista a continuación. Eso sí, vaya por delante que el criterio de Vélez-Troya no ha de tomarse como un dogma, pero sí que resulta interesante, al menos, tenerlo presente.
Dos advertencias
Vélez-Troya empieza realizando la siguiente observación:
La pretendida vocación de muchos jóvenes —y de muchos que ya no lo son, también—, no es tan sincera como ellos creen, porque responde no a una inclinación verdaderamente sentida, sino a una influencia que les impulsa a la fantasía, es decir, hacia el gran tópico convencional.
Por otra parte, Vélez-Troya nos advierte de que «no existe realmente la posibilidad de formar a un detective privado sometiéndole sólo y exclusivamente a un plan de estudios o lectura». Matiza que «no obstante, tales libros, tales conocimientos, son necesarios. En suma: tan necesaria es la práctica como la teoría».
Entonces, ¿cuáles son las cualidades necesarias de un detective privado?
Ser buen observador
El autor afirma que la primera cualidad para ser investigador privado es «saber mirar, saber ver… Experiencia». Y ello se debe a que «no son tantos, ni muchísimo menos, los que son capaces de retener, atesorar, almacenar en su mente lo que pueden ver en el fugaz espacio de un minuto, de un segundo tal vez». Vélez-Troya considera que «la primera condición, pues, que debe reunir todo aquel que aspire a ser un buen detective, es memorizar, saber ver lo que se ha mirado. En otras palabras, ser un buen observador».
Ser honrado y muy educado
En cuanto a la honradez del detective, señala Vélez-Troya, «es, naturalmente, incuestionable que la suya sea íntegra, absoluta y total». Y añade lo siguiente:
Hay que desechar para siempre a quienes han acudido o acuden a nuestra profesión con fines más o menos inconfesable. Quien pretenda ser detective privado, ha de incorporarse a nuestras filas pletórico de buena voluntad, henchido de buenos deseos, convencido no solamente de su propia vocación y lealtad hacía sí mismo, sino de que viene a engrosar las filas de una entidad de hombres honrados que aportan sus energías, su talento, su vida entera a una obra humana y social de primer orden, de forma que la totalidad de sus actos respondan en todo momento a la elevada misión que la misma sociedad le ha confiado.
Asimismo, según el autor, el investigador privado ha de tener una educación esmerada, «no tanto por la multiplicidad de asuntos que los detectives privados se les confía como por la variación de ambientes en que deben actuar y moverse». En palabras de Vélez-Troya, «un detective zafio y con ninguna o escasa educación se movería de forma realmente admirable en ciertos fondos sociales, pero saliendo de ellos sobrevendría el fracaso más humillante, como es lógico».
Buen estado de salud, conocimiento de idiomas y capacidad de perseverancia, paciencia, tenacidad
Para Vélez-Troya, «es obvio que quien no se halle libre de achaques o dolencias no puede en ningún caso actuar con la misma decisión y energía que dimanan de un organismo sano y normal».
Por otra parte, «el conocimiento de idiomas es esencial, y mucho más hoy día, con el intercambio de turismo, con el acortamiento de distancias, con las moderna comunicación de masas».
El detective también ha de ser capaz de perseverar, de tener paciencia y tenacidad. El autor sostiene que «en ningún caso debemos permitirnos flaquezas, languideces o desmayos en nuestra labor, por ardua que ésta sea». Y añade lo siguiente: «Las dificultades, para el detective consciente de su deber, con sentido de su propia responsabilidad, no deben ser más que otros tantos estímulos que le impulsen a continuar el camino emprendido, que ha de llevarle al éxito».
Psicología: don de conocer a las personas con fulgurante rapidez
Estas son las palabras de Vélez-Troya respecto a dicha cualidad:
No basta con conocer y catalogar a una persona a simple vista, por su aspecto externo. Es necesario que sepamos conocerla inmediatamente en lo moral, en lo interior. De ahí la conveniencia de estudiar buenos tratados de psicología y antropología, a fin de que las diversas características de los individuos —aspectos faciales y craneales— nos permitan aquilatar, con los detalles de sus gestos y dicciones, los posibles grados de doblez, servilismo, hipocresía, falsedad o firmeza y rectitud de nuestros interlocutores.
Carácter grato y confiable, y la capacidad de mimetismo
Para Vélez-Troya es importante poseer un carácter de lo más grato posible y la habilidad para propender a la simpatía general e inmediata. Ello «para estimular la confianza en quienes no han dudado en depositarla en nosotros». Considera «obvio que las posibles confidencias o confesiones que podamos obtener, no serán sino la obligada consecuencia del grado de simpatía que, merced a nuestro carácter, hayamos sabido inspirar o despertar».
Igualmente, la capacidad de mimetismo o de adaptación inmediata al ambiente «es una consecuencia del carácter. Un carácter agradable se adapta mucho más fácilmente a un cambio brusco de ambiente que uno que no lo sea».
Otras cualidades y una última observación
Según Vélez-Troya, habría que añadir a la lista de cualidades necesarias de un detective privado la astucia y cautela, el dominio de sí mismo y disponer de mucho sentido común.
De todas formas, y para concluir, es importante no pasar por alto una última observación del autor:
Naturalmente, al margen de todos estos atributos, existen momentos en la vida profesional del detective que son obra de aquel mismo instante. Queremos decir que, en algunos casos, un detective con pocas o ninguna de las cualidades referidas, puede salir casualmente con éxito de su cometido, porque el azar, la suerte, el destino, así lo habrá deparado. Pero nunca dejará de ser más que una excepción. Es muy posible que la segunda vez ya no tenga el mismo éxito.
Buenas tardes,
Soy Nina Vélez-Troya Anquela, hija de Eugenio Vélez Troya, y quisiera agradecerle el post que ha escrito sobre mi padre.
Me gustaría poder hablar con usted y le dejo mi email y móvil:
ninaveleztroya@gmail.com +34 600302182
Soy la propietaria del blog Detective Stories que abrí en memoria de mi padre y me gustaría que pudiera colaborar con algunos posts como han hecho otros detectives. (www.detectivestories.info)
Saludos cordiales!
NVTA
Estimada Nina:
Le agradezco mucho su comentario. Me pondré en contacto con usted, claro que sí.
Reciba un saludo cordial.